Este fin de semana el suboficial de la Armada Ariel Montoya estaba de franco y había salido a pasear con su novia. El domingo a la madrugada cuando volvía con ella a su casa en Merlo tres motochorros los encerraron para robarles la moto. Montoya se defendió, mató a un ladrón e hirió a otro, pero también murió tras el tiroteo.
Cayó al piso con un balazo en el abdomen y uno de los delincuentes, de 18 años, recibió un disparo en el antebrazo y otro en el omóplato y quedó tirado al lado suyo. Los dos fueron trasladados de urgencia al Hospital Eva Perón, donde este último quedó detenido e internado en grave estado.
Otro de los motochorros apareció en la guardia del centro médico mientras operaban al agente de la Armada y murió antes de que lo pudieran atender. El tercer cómplice fue detenido poco después.
El esfuerzo de los médicos no alcanzó para salvar a Montoya. El suboficial tenía 37 años y un hijo de 18. «Era un pibe muy laburador y muy querido por la gente. Era de Merlo de toda la vida y tenía tres trabajos para tener lo que tenía. Estamos todos muy mal y tenemos miedo de lo que le puedan hacer a la familia», le dijo una prima suya a Clarín.
Los investigadores analizan las cámaras de seguridad para determinar si hubo una cuarta persona involucrada en el hecho y secuestraron uno de los vehículos usado por los delincuentes y una pistola con pedido de secuestro. La causa por el homicidio será investigada por la fiscalía N° 8 de Morón.