El Gobierno se reunió esta tarde en la Casa Rosada con distintos sectores para analizar cómo flexibilizar la cuarentena de forma progresiva e ir reactivando la actividad laboral en el país. Si bien no hay todavía ninguna definición sobre el tema, desde el Ministerio de Trabajo se hicieron consultas informales a personas vinculadas con la actividad de las empleadas domésticas.
Allí se conversó sobre la posibilidad de que a partir del lunes 13 de este mes, es decir, una vez que haya vencido el plazo de la cuarentena decretada, se vuelvan a prestar servicios correspondientes a las categorías que no fueron incluidas entre los servicios esenciales, pero con limitaciones y no de manera generalizada.
La idea, según los aportes recibidos por funcionarios de parte de asesores del sector, sería que en una primera etapa puedan volver a trabajar las personas que se desempeñan bajo la modalidad «sin retiro» y las que cumplen tareas en jornadas diarias completas o que impliquen varias horas, siempre dentro de un mismo lugar de trabajo. El objetivo sería reactivar pero, a la vez, evitar que haya una gran cantidad de traslados en transporte público. Por eso, si esa visión termina siendo la que se concrete en medidas de política pública, no habrá permisos para trabajar por horas, sino por jornadas de determinada cantidad de tiempo diario.
En el caso de quienes trabajan sin retiro, en muchos casos durante la cuarentena esas personas volvieron a sus casas. En todos los casos (ya sea trabajo sin retiro, por jornadas o por hora), los empleadores siguen obligados a pagar las remuneraciones habituales y a hacer las contribuciones mensuales para la seguridad social. Desde marzo, además, rige un nuevo cuadro salarial para el sector, porque se dispuso (no por negociación de partes, sino por decisión de la cartera laboral y a falta de acuerdo), una suba de 5% respecto de los sueldos del mes de febrero. Y otro 5% deberá aplicarse desde mayo.
Durante este período de aislamiento obligatorio, solo una de las cinco categorías de trabajo en casas particulares quedó habilitada para ir a cumplir tareas. Se trata de la que incluye a quienes cuidan a otros, ya sea a niños, a ancianos, a enfermos o a personas con discapacidad. Siempre la recomendación es que, más allá de que el trabajo esté permitido, haya un diálogo entre las partes, para definir si realmente hay necesidad de la asistencia, considerando, entre otras cuestiones, la situación de la familia empleadora y de la de quien trabaja, y los riesgos que implican los traslados.
En cambio, no hay excepción para
cumplir con el aislamiento en los casos en que el trabajo doméstico esté
comprendido en las categorías 1 (supervisores de las tareas en el
hogar); 2 (personal para tareas específicas, como cocineros y
jardineros); 3 (caseros), y 5 (tareas generales). A partir de la semana
próxima, algo que podría ocurrir es que vuelvan a la actividad de manera
más generalizada quienes están en las categorías 1 y 3, porque se
entiende que cumplen tareas en jornadas extendidas y que, por tanto, no
requieren de muchos traslados.
No
hay excepción para cumplir con el aislamiento en los casos en que el
trabajo doméstico esté comprendido en las categorías 1 (supervisores de
las tareas en el hogar); 2 (personal para tareas específicas, como
cocineros y jardineros); 3 (caseros), y 5 (tareas generales)
Una
cuestión que se tiene en cuenta en las conversaciones sobre el tema es
que, más allá de la vuelta progresiva al trabajo que incluiría a muchos
sectores de la economía, en las próximas semanas no volverían las clases
escolares presenciales. Y, entonces, podría haber trabajadoras del
sector doméstico imposibilitadas de hacer tareas por tener que cuidar a
sus hijos y, a la vez, empleadores de casas de familia que hasta ahora
no requirieron de ese personal (pese a estar exceptuado del aislamiento
obligatorio), y que desde los próximos días sí podrán necesitar de esos
servicios, por tener que salir ellos a trabajar.
Mientras tanto, la Unión de Personal Auxiliar de Casas Particulares (Upacp) publicó esta semana en su página web un comunicado instando a no aceptar presiones para ir a trabajar en caso de no corresponder. «Aunque tu empleadora te dé 100 razones, no vayas a trabajar; no aceptes ningún pretexto», se señala. Y se recuerda que quienes estén en la categoría exceptuada (cuidado de personas), pueden trabajar siempre que se encuentren sanas, no tengan 60 años o más de edad y no tengan que quedarse en sus casas al cuidado de sus hijos.