Estados Unidos no tiene paz, otra vez el horror: un joven de 18 años ingresó armado en una escuela primaria y asesinó al menos a 19 chicos, de los cuales 17 ya fueron identificados, y a dos maestras en Texas, uno de los estados donde hay mayor concentración de armas en Estados Unidos. El gobernador de Texas, Greg Abbott, lo identificó como Salvador Ramos, de 18 años.
La matanza ocurrió en la Escuela Primaria Robb, en Uvalde, a unos 135 kilómetros al oeste de San Antonio. El atacante llegó en su automóvil al estacionamiento de la escuela armado con una pistola y posiblemente con un fusil, según dijo la policía, y se introdujo dentro del edificio donde comenzó con los disparos a mansalva. Por la noche, se informó que las autoridades secuestraron un rifle A-15, con varios cartuchos.
Pasadas las 15.30 (hora local), unas cuatro horas después de los primeros reportes, el gobernador Greg Abbott confirmó que 14 estudiantes de segundo, tercero y cuarto grado y una maestra habían muerto. También falleció el tirador, que aparentemente fue muerto por la policía que acudió al lugar. Más tarde, el Departamento de Seguridad Pública de Texas elevó la cifra de chicos muertos a 18. Y ya entrada la madrugada argentina, llegó a 19. También se confirmó la muerte de una segunda maestra.
El atacante era estudiante de la Uvalde High School, la escuela secundaria de la ciudad, que tiene unos 15.000 habitantes. Según trascendió, antes del tiroteo en la escuela habría baleado a su abuela.
Ramos había subido a su cuenta de Instagram a finales de abril varias fotos que lo mostraban con un fusil y un cargador. Su cuenta fue cerrada apenas se conoció la identidad del atacante.
El atacante «disparó y mató, horriblemente, incomprensiblemente» a más de una docena de niños y un maestro, dijo Abbot.
Los primeros reportes fueron a las 11.43 (hora local). «Hay un tirador activo en Robb Elementary», advirtió el distrito escolar en Twitter. «Las fuerzas del orden están en el lugar. Su cooperación es necesaria en este momento al no visitar el campus. Tan pronto como se recopile más información, se compartirá».
A esta escuela asisten aproximadamente 600 alumnos. Muchos de ellos fueron trasladados a dos hospitales cercanos con heridas. Una mujer de 66 años y una niña de 10 años estaban en estado crítico después del tiroteo, según el hospital University Health.
Después de las primeras informaciones, la escuela solicitó a los padres que no recogieran a sus hijos. «Los estudiantes deben ser contabilizados antes de que sean entregados a su cuidado. Se le notificará que recoja a los estudiantes una vez que se hayan contabilizado todos», advirtieron con un mensaje en su página web.
Luego de que el tirador fuera ultimado, los alumnos fueron trasladados a un centro comunitario que donde pudieron ser retirados por sus padres.
La noticia causó una gran conmoción entre los estadounidenses, que inmediatamente recordó la matanza cometida por un joven de 20 años en la escuela primaria Sandy Hook, Newton, en diciembre de 2012, que dejó 20 niños muertos y seis adultos. Nada parece haber cambiado.
La masacre sucede en uno de los estados donde hay mayor concentración de armas de Estados Unidos. Cada texano tiene en su casa más de una pistola o fusil, que en general usan para la caza, deporte o defensa personal. Es legal para un mayor de 18 años, sin antecedentes penales, comprar un fusil en cualquier armería o hasta en el supermercado.
Pero obviamente los chequeos fallan y muchos de los compradores utilizan las armas para efectuar matanzas.
La masacre en la escuela sucede pocos días después de la matanza en un supermercado de Buffalo, Illinois, donde un joven blanco mató a 13 afroamericanos que compraban en el lugar, en un acto que fue considerado por el presidente Joe Biden como “terrorismo doméstico”.
Luego de los hechos de Buffalo, el presidente Biden llamó al Congreso a tomar acciones para “sacar a las armas de las calles”, dado que la cantidad ha crecido enormemente en los últimos tiempos.
Dijo que trabajará para que se vuelva a controlar las “armas de asalto» (capaces de disparar tanto en modo automático como en modo semiautomático) y también para prohibir que aquellas personas con antecedentes penales o enfermedades mentales graves puedan comprar armas.
Pero, más allá de las intenciones del presidente, las leyes que limitan las armas no tienen consenso entre los legisladores republicanos y tampoco entre algunos demócratas, que entienden que limitan la Segunda Enmienda constitucional, sobre la libertad de armarse para defenderse.
En lo que va de año ha habido casi 200 tiroteos en el país y Estados Unidos terminó 2021 con 693 tiroteos masivos, según el Archivo de Violencia Armada.