Los afectados fueron un Peugeot 308, un VW Polo, un Toyota Etios, un Mercedes Benz A200 y un VW Suran que son propiedad de los jugadores Javier Iritier, Braian Martínez, José Devecchi y Francisco Cerro y del ayudante técnico Lucas Rodríguez Pagano.
Los autos estaban estacionados junto a la réplica de un Tiburón gigante que suele utilizarse en las celebraciones del club. Allí los habían dejado los integrantes del plantel para viajar juntos en micro al aeropuerto local para subirse luego al avión que los llevó rumbo a Mendoza.
Según los reportes de medios marplatenses, debieron trabajar dos dotaciones de Bomberos de la ciudad costera, una del puerto y otra del cuartel central, para sofocar las llamas.
Fuentes de la investigación confirman que se trató de un ataque intencional. Y todos los caminos conducen a la barra brava de Tiburón, que en los últimos partidos ya se había manifestado desde la tribuna, con un visible descontento por los malos resultados -perdió tres de los últimos cuatro compromisos-.
Aunque por ahora es parte de una hipótesis, ya que el alerta la dieron vecinos, quienes llamaron al 911 tras ver los autos en llamas y las largas columnas de humo que en la noche marplatense.
La comitiva de Aldosivi tiene previsto regresar a Mar del Plata este viernes a primera hora, pero ya había sido anoticiada del hecho, aunque no trascendió a quiénes pertenecerían los autos afectados.
Penúltimo en la tabla de posiciones -sólo por arriba de Lanús- y en los promedios -tiene seis puntos más que el renacido Patronato-, Leandro Somoza no encuentra soluciones para sacar a su equipo del fondo.