Finalmente el Gobierno Nacional reglamentó este miércoles el bono de hasta 15 mil pesos que percibirán durante tres meses los jubilados y pensionados que cobran la mínima.
Las normas se oficializaron a través del Decreto 105/2023, que fue publicado en la última edición del Boletín Oficial y que llevó las firmas del presidente Alberto Fernández, del jefe de Gabinete, Agustín Rossi, y de la ministra de Trabajo, Raquel «Kelly» Olmos.
En específico, el «refuerzo de ingreso provisional» se entregará en los meses de marzo, abril y mayo de 2023 a titulares de prestaciones contributivas previsionales a cargo de la Administración Nacional de la Seguridad Social; beneficiarios de la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAN); beneficiarios de pensiones no contributivas por vejez, invalidez, madres de 7 hijos o hijas o más y demás pensiones no contributivas y pensiones graciables cuyo pago se encuentra a cargo de la ANSES.
Para acceder al bono de $15.000, los jubilados y pensionados deben cobrar menos de dos jubilaciones mínimas. Es decir que la suma de los haberes de todas sus prestaciones vigentes debe ser menor o igual a 58.665 pesos.
En tanto, aquellos titulares que perciban un importe superior a $58.665 y menor o igual a $68.665 recibirán la «cantidad de dinero necesaria hasta alcanzar la suma de $73.665.
Por otro lado, habrá un bono de 5.000 pesos mensuales para aquellos que cobren más de $68.665 y hasta $117.330.
Por último, para aquellos titulares que reciban más de 117.339 pesos y hasta 122.330 pesos, «el monto del refuerzo de ingreso previsional será equivalente a la cantidad necesaria hasta alcanzar la suma mencionada en segundo término”.
“El refuerzo de ingreso previsional que se otorga por el presente decreto no será susceptible de descuento alguno ni computable para ningún otro concepto”, detalla el decreto.
Un bono «extraordinario» que es permanente
Como en los casos anteriores, el bono es un refuerzo que no se integra al haber. Con relación al trimestre anterior (diciembre-febrero) el bono aumentó de $10.000 a $15.000 para el haber mínimo y se redujo de $7.000 a $5.000 para los que cobran hasta 2 haberes mínimos.
De ser una compensación “extraordinaria” por la disparada inflacionaria, esos bonos han pasado a ser permanentes y en valores ascendentes para el haber mínimo. Y no pueden dejar de repetirse porque los aumentos por la movilidad quedarían anulados si esos jubilados pierden el cobro de los bonos.
Luego de la pérdida del 19,5 % de los haberes jubilatorios entre septiembre 2017 y noviembre 2019, el bono previsional para los que cuentan con haberes más bajos debutó con el actual Gobierno “por única vez” en diciembre 2019.
Así se otorgaron bonos de $5.000 en diciembre de 2019 y enero de 2020 para las jubilaciones mínimas y otro de $3.000 en abril de ese año.
En abril y mayo de 2021 se dieron bonos de $1.500. En agosto se dio un bono de $5.000 y en diciembre de 2021 otro de hasta $8.000.
Por la disparada inflacionaria, en 2022, los bonos se hicieron más frecuentes. En abril ($ 6.000) y mayo ($12.000), agosto (hasta $5.000), septiembre, octubre y noviembre ($ 4.000/7.000), diciembre, enero y febrero 2023 (de $7.000/10.000). Y ahora, entre marzo y mayo ($5.000/$15.000).
Eso pasa porque la fórmula de movilidad –que combina salarios con recaudación tributaria que va a la Seguridad Social- no tiene una cláusula de garantía o compensación automática frente a la inflación. Y los bonos solo lo reciben los jubilados y pensionados de haberes más bajos, achatando la pirámide de ingresos del sistema.
Además, como no se integran al haber, los bonos compensan a un sector de jubilados una parte del alza de precios del mes o meses en que se cobran pero al mes o meses siguientes el ingreso total del jubilado vuelve al nivel pre-bono y se requiere que se otorguen nuevos bonos que pasan a ser más frecuentes.
Por otro lado, los bonos no se toman en cuenta para los futuros incrementos de los haberes. De esta manera, la pérdida jubilatoria continua “de por vida”.
En tanto, los que no cobran el bono – unos 2 millones de jubilados y pensionados- no tienen ninguna compensación y absorben, con una baja en términos reales de sus haberes, la pérdida completa ante la inflación.