La Cámara de Diputados aprobó el DNU emitido por Javier Milei del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Cabe destacar que la votación por el entendimiento con el organismo que dirige Kristalina Georgieva obtuvo 129 votos afirmativos, 108 negativos y 6 abstenciones.
Lo cierto es que la Cámara de Diputados apoyó la autorización vía DNU que el Poder Ejecutivo se dio para cerrar un acuerdo técnico nuevo con el organismo y que sea girado al directorio para su luz verde final. Con la cuestión legislativa y normativa resuelta por decreto -algo que fue cuestionado por la oposición porque implicó no presentar un proyecto de ley como estipulaba la “Ley Guzmán”- le quedará al equipo economico una nueva ronda de reuniones con el staff técnico para cerrar la letra chica.
Guillermo Francos sugirió que el equipo económico, con Luis Caputo a la cabeza, podría viajar a Washington para continuar esas conversaciones como paso siguiente al debate en el Congreso. Desde el Ministerio de Economía no confirmaron si está en agenda una misión a la capital norteamericana. Este DNU no termina de dar detalles sobre buena parte del contenido del acuerdo a cerrar, pero sí deja explícito cuál será el armazón que lo sostendrá. El nuevo programa se enmarca en un Extended Fund Facility (EFF), con una duración prevista hasta 2035. Este tipo de acuerdo ofrece plazos más largos para la devolución de los préstamos. El período de gracia de cuatro años y medio, durante el cual el país no realizará pagos de capital al FMI. Esta medida busca aliviar la carga financiera en el corto plazo y permitir una recuperación económica más sólida.
Aunque el monto total del acuerdo aún se oficializó, estimaciones de mercado sugieren que podría oscilar entre 20.000 y 25.000 millones de dólares. Este financiamiento incluiría la renovación de vencimientos de deuda existentes -unos USD 14.000 millones solo de refinanciación de capital- y otra porción de deuda nueva para cancelar Letras Intransferibles.
Según la justificación del DNU, la prioridad del Gobierno es garantizar que los pagos no generen una salida abrupta de divisas en el corto plazo, lo que podría poner en riesgo la estabilidad cambiaria y monetaria. La estrategia de extender los vencimientos responde a esta necesidad de evitar tensiones adicionales en el mercado financiero local.
El período de gracia de cuatro años y medio implica que Argentina comenzará a realizar pagos de capital al FMI a partir de 2029. En cuanto a la tasa de interés, se espera que sea inferior a la que Argentina podría obtener en los mercados internacionales. Si bien existieron estimaciones privadas que la ubicaban más arriba, el secretario de Finanzas Pablo Quirno aseguró ante la bicameral de Trámite Legislativo que será de 5,63% anual en dólares.
Una porción significativa de los fondos provenientes del FMI se destinará a la recompra de Letras Intransferibles emitidas por el Ministerio de Economía y actualmente en manos del Banco Central. Estas letras, que suman alrededor de 23.000 millones de dólares, representan una parte considerable del activo del Banco Central. Según estimaciones preliminares del mercado, solo para cancelar la primera Letra Intransferible del cronograma, con vencimiento el 1° de junio por USD 10.000 millones a valor nominal, el Gobierno requeriría USD 3.000 millones en financiamiento adicional del FMI.
La diferencia entre ambos valores se explica porque estas letras tienen dos formas de contabilización: en el Ministerio de Economía aparecen por USD 10.000 millones, mientras que en el BCRA figuran con una valuación equivalente al 30% de ese monto, más ajustado al valor “real” de este instrumento de deuda intra sector público.