Cabe destacar que los puntos centrales del entendimiento es la hoja de ruta para unificar el tipo de cambio. Esa promesa es clave para que el Gobierno de Javier Milei logre obtener un desembolso inicial mayor al previsto, en un contexto global afectado por las tensiones comerciales. Este viernes, el Directorio del FMI aprobaría el acuerdo y se resolverán dos interrogantes principales.
Entre los puntos del acuerdo, el primero a saber es cuánto dinero enviará inicialmente el organismo. Según las estimaciones de quienes siguen de cerca las tratativas, el primer giro podría ser de USD 12.000 millones, aunque en el Gobierno creen que podrían alcanzar hasta USD 15.000 millones. No todo ese dinero estaría disponible de inmediato para el Banco Central.
La liberación de esos fondos dependerá también de cómo evolucione el segundo punto clave: el nuevo régimen cambiario y el cumplimiento de las metas de reservas. Ni el Ministerio de Economía ni el FMI respondieron consultas sobre estos temas.
El Ejecutivo descarta una devaluación abrupta del dólar oficial, especialmente por el riesgo de que acelere la inflación antes de las elecciones. La estrategia económica apunta a eliminar progresivamente el actual «crawling peg» del 1% mensual, para luego pasar a un modelo de intervenciones cambiarias más controladas, en coordinación con el Fondo. Aún no se sabe si se establecerán bandas de flotación explícitas o si será un sistema más discrecional.
Otro punto a negociar es la eliminación del dólar blend, que permitió a los exportadores vender el 20% de sus divisas en el mercado financiero, a un tipo de cambio más alto. Esa herramienta ayudó a reducir la brecha cambiaria, pero a costa de resignar cerca de USD 15.000 millones para el Banco Central.
El nuevo esquema prevé un levantamiento gradual del cepo cambiario. Las restricciones se irán levantando de a poco, diferenciando entre movimientos actuales de dólares (flujos) y los ahorros ya acumulados (stocks). La unificación total del tipo de cambio está prevista para después de las elecciones de octubre.
“El acuerdo se apoya en los avances iniciales del Gobierno en estabilizar la economía, con un fuerte ajuste fiscal que está logrando una baja rápida de la inflación y una mejora en la actividad y los indicadores sociales”, señaló el FMI al anunciar que se alcanzó un acuerdo a nivel técnico (“staff-level agreement”).
Luis Caputo, ministro de Economía, comentó recientemente que el Gobierno pidió al FMI un primer giro superior al 40% del monto total, es decir, más de USD 8.000 millones. Según él, el ajuste fiscal y monetario ya se hizo, y ahora la prioridad es fortalecer el balance del Banco Central para poder liberalizar el mercado de cambios.
Por su parte, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, afirmó que el pedido de Argentina “es razonable”, considerando la evolución reciente de la economía.
Además, esta semana, la congresista estadounidense María Elvira Salazar —aliada de Milei— solicitó al secretario del Tesoro, Scott Bessent, que apoye el plan económico argentino y habilite un desembolso inicial de hasta el 75% del acuerdo, es decir, USD 15.000 millones. El mensaje fue difundido por el propio presidente Milei, Caputo y el titular del Banco Central, Santiago Bausili.
Desde el equipo económico insisten en que los fondos que ingresen serán de libre disponibilidad. Aunque durante los 4 años y medio de gracia que prevé el acuerdo, Argentina deberá afrontar pagos por USD 14.000 millones, que comienzan a vencer a fines de 2026. Eso implica que nuevos desembolsos generarán más deuda, en un contexto donde el país ya debe USD 41.000 millones al FMI.
Según la consultora EcoGo, las reservas del Banco Central llegaron a un pico de USD 32.903 millones el 7 de enero, gracias al blanqueo de capitales y a créditos tomados por exportadores. Sin embargo, desde entonces se perdieron USD 8.246 millones. Las reservas netas estarían en torno a los USD 12.000 millones negativos, un nivel similar al heredado por el actual Gobierno, aunque en el camino se realizaron pagos en efectivo y se mantuvieron intervenciones cambiarias.
El objetivo ahora es fortalecer las reservas del Banco Central para asegurar la estabilidad hasta las elecciones. Para eso, el Gobierno buscará sumar fondos del FMI, de otros organismos multilaterales y también obtener un nuevo préstamo REPO con bancos internacionales, como el que se consiguió en enero. En julio vencen USD 4.800 millones con acreedores privados, además de USD 2.000 millones en intereses al FMI y el tramo del swap con China por USD 5.000 millones que empieza a vencer.