Tragedia en Villa Devoto, así encontraron la casa donde murieron las víctimas

La escena es fuerte porque todo estaba preparado para comenzar un nuevo día. Cuatro tazas con sus cucharitas sobre platos pequeños, dos vasos —uno de ellos con una princesa impresa—, un mantel de cuadros grises, negros y blancos, una caja de madera con saquitos de té y un portarrollo de papel de cocina completaban la escena en la mesa del comedor. Así encontraron los bomberos y el personal del SAME la casa de la familia De Nastchokine, cuando el martes por la tarde ingresaron al domicilio de la calle Sanabria 3768, en Villa Devoto.


Obviamente ese pequeño y cálido gesto doméstico dejó entrever que el matrimonio compuesto por Demetrio De Nastchokine (79) y Graciela Just (73) había dejado todo listo para agasajar a sus seres queridos al despertar. La familia había recibido a su hijo Andrés (43), a su nuera Marie Lalanne (40) —de nacionalidad francesa— y a sus nietos de 4 años y 18 meses, recién llegados desde Italia. La noche anterior habían compartido una cena familiar.

Sin embargo, el amanecer los sorprendió con una tragedia: cinco de ellos murieron por inhalación de monóxido de carbono. El único sobreviviente fue el bebé de 18 meses, que fue hallado con vida en una habitación con una ventana abierta.

Cómo se descubrió el horror

Una de las hijas del matrimonio llegó a la casa cerca de las 16:30 al no obtener respuesta de sus padres. Al entrar, un fuerte olor a gas la descompensó. Un vecino llamó al 911 y, minutos después, los bomberos hallaron la trágica escena: Andrés, Marie y su hija de 4 años estaban sin vida en una habitación; en otra contigua, encontraron al bebé, consciente.

En el piso superior, los cuerpos de Demetrio y Graciela yacían en su dormitorio. El nene fue trasladado de urgencia al Hospital Zubizarreta y luego derivado al Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, donde permanece internado con evolución favorable.

Las pericias

Según las primeras conclusiones de los peritos, la causa de la tragedia fue una caldera ubicada en la cocina-comedor que tenía el conducto de ventilación dañado, con signos de corrosión y arreglos caseros realizados con sellador. Esto provocó que los gases no se evacuaran correctamente y se acumularan en el entretecho de la vivienda.

También se hallaron varias irregularidades: una rejilla de ventilación estaba tapada con cinta adhesiva transparente y los marcos de las ventanas cubiertos con papel film, lo que impedía la correcta circulación de aire. Además, la cocina tenía un falso techo de durlock que favoreció la acumulación de monóxido.

Un dato clave fue el hallazgo de un papel pegado cerca de la caldera con un presupuesto fechado el 25 de abril. Allí, un gasista había anotado dos cifras —$600.000 y $1.200.000— como estimaciones para reparar el artefacto. Todo indica que la familia tenía intención de arreglarla, pero no llegó a hacerlo a tiempo.

La investigación está a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N.º 48, bajo la dirección de Eduardo Rosende. En el lugar trabajaron personal de la Unidad Criminalística Móvil, Bomberos de la Ciudad y técnicos de Metrogas.

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