Pablo Laurta, acusado del doble femicidio de su expareja y de la madre de ella, fue trasladado desde Gualeguaychú hacia Córdoba en medio de un fuerte operativo de seguridad. La movilización incluyó a la División Homicidios, el Grupo Especial ETER y efectivos de la Policía de Córdoba.
El despliegue llamó la atención por su magnitud: varios móviles policiales custodiaron al detenido durante todo el recorrido. Una vez en Córdoba, Laurta quedó alojado en la cárcel de máxima seguridad de Cruz del Eje, donde permanecerá a disposición de la Justicia.
El acusado había sido detenido luego de una intensa búsqueda que conmocionó a la provincia. Durante el traslado, se mostró sereno y llegó a declarar ante los medios que estaba “en paz” y que su hijo “ahora está a salvo”.
La decisión de alojarlo en Cruz del Eje se tomó por razones de seguridad: el módulo de alta seguridad de Bouwer aún no está habilitado, y las autoridades buscan evitar posibles represalias o fugas.
El caso reavivó el debate sobre la violencia de género y la necesidad de reforzar los mecanismos de prevención. En los próximos días, Laurta será indagado formalmente por los homicidios, un proceso que promete mantener la atención pública.
El operativo que lo llevó a Córdoba es un reflejo del enorme impacto social y judicial que este crimen generó, y de la respuesta que intenta dar el sistema penitenciario frente a casos de extrema sensibilidad.