El decreto 287, que se publicó en el Boletín Oficial el pasado 1 de mayo, rige en su nueva versión desde este sábado. Y los parámetros son los mismos que en sus ediciones anteriores. Es decir que habrá cuatro fases de acuerdo al semáforo epidemiológico: zonas de bajo riesgo, de riesgo medio, de alto riesgo y de alarma. Se extenderá por dos semanas, hasta el 9 de julio.
La novedad más significativa reside en el endurecimiento de las restricciones para quienes viajan al exterior: desde este sábado habrá más controles a los vuelos y reducirán la cantidad de pasajeros que pueden ingresar al país: solo podrán hacerlo 600 personas por día, un equivalente cercano a dos aviones completos. Además seguirán cerradas las fronteras para el ingreso de turistas extranjeros.
El Gobierno nacional está muy preocupado por la variante Delta, surgida en la India en diciembre y que ya está presente en 75 países.
Estudios preliminares corroboraron que esta cepa es un 60% más contagiosa que la variante Alfa, de origen británico. También se difundió que provocaría una reducción en la efectividad de las vacunas de AstraZeneca (junto con Sputnik V, la de mayor circulación en el país) y Pfizer frente a casos sintomáticos con una sola dosis, aunque ambas conservarían altos niveles de efectividad frente a hospitalizaciones con una o dos dosis.
En la Argentina, la variante Delta se detectó en tres viajeros que arribaron desde los Estados Unidos y Europa y cumplieron el aislamiento de 10 días.
“Lo que se va a definir ahora, para minimizar el riesgo o retrasar el ingreso de la variante Delta, es disminuir el cupo hasta el 9 de julio a 600 personas y darles la potestad a las jurisdicciones de que ese aislamiento que deben hacer los ciudadanos que vuelven desde el exterior entre el 1 de julio y el 31 de agosto pueda ser también en hoteles, para tener la seguridad de ese cumplimiento”, anunció Carla Vizzotti, ministra de Salud de la Nación, en la conferencia que brindó este viernes en el Centro Logístico de Benavídez.
De acuerdo con el DNU prorrogado, las zonas que se encuentren en alarma epidemiológica deberán tener restringida la circulación nocturna, prohibir las reuniones sociales y suspender las clases presenciales.
En el artículo tercero del decreto, se puntualizan los parámetros que se utilizarán para definir el riesgo epidemiológico y sanitario que regirá para los distritos “de más de más de 40.000 habitantes y los grandes aglomerados urbanos”.
Uno de los dos indicadores que definen la intensidad de las restricciones es el factor de reproducción R0, también conocido como R. Mide la velocidad con que el virus puede propagarse en la población, y se obtiene a través de la división entre la cantidad de casos acumulados en los últimos 14 días y el mismo valor de los 14 días anteriores.
Entonces, los distritos serán considerados de riesgo epidemiológico bajo si el cociente del número de casos confirmados acumulados en los últimos 14 días con el de los 14 días anteriores es, según establece el DNU, “inferior a cero coma ocho (0,8)”. Riesgo medio será cuando “se encuentre entre cero coma ocho (0,8) y uno coma dos (1,2)”. En tanto, pasarán a ser considerados distritos de alto riesgo cuando el número de casos confirmados acumulados en los últimos 14 días “sea superior a uno coma veinte (1,20)” al de las dos semanas previas.
El DNU establece que los grandes aglomerados urbanos, aquellos que tienen más de 300.000 habitantes, serán considerados en “situación de alarma epidemiológica y sanitaria” cuando la tasa de incidencia, definida como el número de casos confirmados acumulados de los últimos 14 días por 100 mil habitantes, “sea igual o superior a quinientos (500) y el porcentaje de ocupación de camas de terapia intensiva sea mayor al ochenta por ciento (80%)”.
El descenso del nivel de ocupación de las UTI trajo alivio a la Casa Rosada: ese indicador hoy asciende al 72,4% a nivel nacional, y es del 70,4% en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
En las últimas dos semanas también se confirmó el descenso de la curva de contagio, algo que venía anunciándose desde la firma de la edición anterior del decreto, el 11 de junio. Entonces, Axel Kicillof resolvió avanzar con algunas aperturas en la provincia de Buenos Aires. La más significativa fue el retorno de la presencialidad en las aulas de varios municipios bonaerenses.
En el, caso de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta ya había dado a conocer este jueves las nuevas aperturas, entre las que se incluyen mesas adentro en restaurantes y bares, gimnasios con aforo y presencialidad plena en los colegios secundarios.