Pobreza infantil en Argentina baja al 52,7% en el segundo semestre de 2024, según UNICEF

Un informe reciente de UNICEF Argentina revela que el 52,7% de las niñas y niños del país vivía en situación de pobreza monetaria durante el segundo semestre de 2024. Esta cifra representa una mejora significativa respecto al mismo período de 2023, cuando el índice alcanzaba el 58,5%. Además, el reporte destaca que esta reducción se produjo luego de un pico histórico en el primer semestre de 2024, cuando la pobreza infantil superó el 67%, afectando a más de 8 millones de menores.


El estudio, que sigue la metodología oficial del INDEC, señala que la pobreza monetaria infantil disminuyó 14 puntos porcentuales entre el primer y segundo semestre de 2024, lo que equivale a 1,7 millones de niños y niñas que dejaron de estar en situación de pobreza. En comparación con el segundo semestre de 2023, la caída fue de 6 puntos porcentuales, equivalente a 800.000 menores menos afectados.

Actualmente, los niveles de pobreza por ingresos en la niñez se ubican en valores similares a los de 2019, antes del impacto de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, UNICEF advierte que la proporción sigue siendo elevada en términos históricos.

Para el primer semestre de 2025, las proyecciones indican que la pobreza monetaria infantil podría bajar al 47,8%, con un 9,3% en pobreza extrema. Este avance se vincula a una recuperación parcial de los ingresos reales en los hogares, aunque la organización subraya la necesidad de mantener estos progresos en el tiempo.

El papel clave de las transferencias monetarias

El informe destaca que uno de los factores fundamentales para la reducción de la pobreza extrema infantil ha sido la implementación de transferencias monetarias y programas sociales como la Asignación Universal por Hijo (AUH). Rafael Ramírez Mesec, representante de UNICEF en Argentina, explicó que “sin estos programas, la tasa de indigencia infantil sería 10 puntos porcentuales más alta, lo que implica que más de un millón de niños y niñas evitaron caer en indigencia gracias a los ingresos que estas ayudas brindaron durante el segundo semestre de 2024”.

El aumento real de los ingresos provenientes de estas transferencias fue del 4% en 2024 y del 16% en lo que va de 2025, contribuyendo especialmente a la reducción de la pobreza extrema. Sebastián Waisgrais, especialista en monitoreo de UNICEF, afirmó que “junto con la desaceleración inflacionaria, las políticas de protección social resultaron fundamentales para estos avances”.

Durante los primeros cinco meses de 2025, el presupuesto nacional para la niñez creció un 15% en términos reales, impulsado principalmente por la AUH, que aumentó un 34%.

Persisten desigualdades según contexto social y territorial

Pese a la mejora general, UNICEF advierte sobre la existencia de marcadas desigualdades. La pobreza afecta al 80,9% de los niños en hogares donde el jefe de familia no completó la educación primaria, mientras que en hogares con educación secundaria completa esa tasa cae al 10,6%.

Además, la tasa de pobreza alcanza el 68,4% en hogares con trabajadores informales y el 72,3% en barrios populares. En hogares monoparentales con jefatura femenina, la pobreza afecta al 60% de los menores.

Estas cifras reflejan que la pobreza infantil no se distribuye de manera homogénea y que factores estructurales profundizan las brechas sociales, lo que subraya la importancia de políticas focalizadas.

Presupuesto nacional para la niñez: aumentos y recortes

El análisis del presupuesto destinado a la niñez muestra un panorama mixto. Aunque los programas de transferencia directa crecieron en 2024 y 2025, el contexto general presenta consolidación fiscal con recortes en el presupuesto para la niñez en años anteriores: 18% en 2024, 17% en 2023 y 2% en 2022, siempre en términos reales.

Durante 2025, el presupuesto ejecutado creció un 15%, pero UNICEF advierte que este aumento no se reflejó en áreas clave como salud, educación y primera infancia, donde se observaron reducciones preocupantes.

Desafíos en salud, educación y primera infancia

Entre enero y mayo de 2025, la asignación para becas escolares cayó un 35%, el presupuesto para salud se redujo un 21% y el Plan Nacional de Primera Infancia tuvo una contracción del 50%. Aunque estas cifras podrían modificarse en la segunda mitad del año, reflejan un reto en sectores esenciales para el bienestar infantil.

UNICEF enfatiza que, si bien las transferencias monetarias han sido efectivas para contener la pobreza extrema, es fundamental fortalecer los servicios de salud, educación y cuidado para garantizar derechos y oportunidades a largo plazo.

Privaciones no monetarias: más allá del ingreso

El informe también analiza las privaciones no monetarias que afectan a la infancia, como carencias en vivienda, saneamiento, acceso a educación y protección social. Estas condiciones muestran poca variación en el corto y mediano plazo, y dependen más de procesos estructurales y políticas públicas sostenidas.

Rafael Ramírez afirmó que “entender estas privaciones es clave para diseñar políticas públicas que mejoren el bienestar de niñas y niños”.

Finalmente, UNICEF subraya la necesidad de profundizar en el análisis del gasto público consolidado entre nación y provincias para evaluar de forma conjunta la magnitud, distribución y eficiencia de los recursos destinados a la niñez en Argentina.

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