La desobediencia le costó cara a Facundo Llamas, el surfer que volvió al país desde Brasil y violó la cuarentena por el coronavirus dos veces. Tras ser detenido este miércoles por la tarde en Ostende, la Justicia le fijó un embargo de $500.000 y dispuso además su arresto domiciliario.
El joven que ya había sido demorado ayer en la autopista Panamericana a la altura de Martínez antes de ser capturado en la ciudad balnearia, ahora no podrá salir de su casa ni para comprar comida.
Por orden del juez federal Alejo Ramos Padilla, tendrá custodia policial en la puerta de su domicilio y las autoridades municipales se encargarán de hacerle llegar alimentos, medicamentos y elementos de higiene indispensables para que ni él ni sus acompañantes puedan abandonar la vivienda.
Además, por haber regresado de un país considerado zona de riesgo por la pandemia, el magistrado también resolvió secuestrarle la camioneta y todas las tablas de surf que tenía en su interior; allanar la casa de calle Romero, y establecer una medida cautelar sobre su madre y las otras personas que pudieran acompañarlo con un solo objetivo: que cumpla sin excepciones el aislamiento preventivo por 14 días consecutivos.
Fuentes judiciales confirmaron a La Nación que ya fue pedida la indagatoria de Llamas y que se llevará a cabo en cuanto se hayan completado las medidas de prueba ordenadas y cuenten con los recursos tecnológicos para avanzar con el trámite. Una opción, en medio de la cuarentena, sería tomarle declaración por videoconferencia.
En tanto, de acuerdo a los primeros controles realizados por el servicio de salud municipal, Llamas no presenta ningún síntoma de la enfermedad. En las últimas horas se presentaron el jefe de la guarda del Hospital Municipal y el director de Emergencias, quienes también se pusieron a disposición del personal policial afectado al operativo.
Llamas había sido interceptado en la autopista Panamericana cuando volvía desde Brasil, desde donde cruzó por el paso fronterizo de Paso de los Libres. Por violar la cuarentena, fue escoltado por personal de Prefectura Naval hasta un departamento del barrio porteño de Flores pero, apenas se fueron los efectivos, volvió a subirse a su auto y se alejó del lugar, tal cual registró un vecino en un video con su celular.
En Ostende, un vecino reconoció al joven y su vehículo después de haberlos visto en televisión. Así, sabiendo que había llegado recién de Brasil y ante la posibilidad de que el pudiera ser una eventual fuente de contagio del coronavirus, avisó a la policía.
«Ahora tengo una causa penal y la verdad es que no lo puedo creer, porque no sé cómo va a afectar mi futuro, mis planes para irme afuera», se lamentó Llamas y concluyó: «Mi plan ahora es estar bien y volver a trabajar».