El auto estaba frenado en la oscuridad en una zona baldía cerca de la ruta 171 y llamó la atención de los policías que vigilaban el cumplimiento de la cuarentena en San Rafael, Mendoza. No lo habían abandonado. Al acercarse se encontraron con el sacerdote de Villa Atuel, acompañado por una mujer.
Ante el pedido de explicaciones, el religioso manifestó que habían elegido ese lugar descampado para poder hablar con más tranquilidad y que estaba brindándole contención espiritual a la mujer porque tenía problemas familiares.
Sin embargo, como ambos se encontraban violando el aislamiento preventivo y obligatorio que rige desde el 20 de marzo en todo el país como medida para frenar el avance del coronavirus, los efectivos los llevaron detenidos a la comisaría 64ª.
Tanto el cura como la mujer de 39 años fueron notificados de la causa y recuperaron la libertad unas horas después, pero el hecho ya había tenido su repercusión. En diálogo con los medios locales, el párroco se excusó: “Me arrepiento por la imprudencia, pero no fue algo malintencionado”.
De acuerdo a su relato, acompañó a la mujer a hacer unos trámites y en el camino de regreso ella le pidió que se detuvieran para poder hablar sin que estuviera su papá presente. «Nos pusimos a un costado de la ruta. Ella estaba dentro del auto porque tenía frío y yo sentado en un banquito afuera con la sotana arremangada dentro de la campera, es la costumbre porque si no se ensucia con la tierra”, detalló a Los Andes el cura que lidera la Parroquia Inmaculada Concepción de Villa Atuel.
En Mendoza, ya son más de 3.000 los ciudadanos detenidos por incumplir la cuarentena dispuesta por el Gobierno Nacional y más de 100 los que ya se encuentran en el penal por «reiterancia» en este delito o contar con antecedentes judiciales.