En medio de la polémica con la vicepresidenta que apuntó contra Horacio Rosatti, este lunes asume al frente del organismo: lo ubicó dentro de una “casta” judicial. Además, un juez K volvió a trabar la conformación del Consejo.
A pocas horas de que Horacio Rosatti asuma en el Consejo de la Magistratura y que arranque una nueva etapa judicial, la vicepresidenta Cristina Kirchner salió a cuestionar al juez de la Corte Suprema por ocupar ese lugar.
Lo hizo a través de las redes sociales tomando como propias las palabras de otro usuario de Twitter que había cuestionado a Rosatti.
«¿En serio que sólo el periodista Matías Mowszet se dió cuenta de lo que va a pasar mañana en Argentina tu país? Qué raro… con tantos periodistas independientes y de investigación que hay en la tele y en los grandes diarios. La casta de la que nadie habla», escribió la vice.
Debajo se leía el mensaje de Mowszet, periodista que fue candidato a intendente de Villa Carlos Paz por el kirchnerismo en 2019: «Mañana el presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, va a asumir como presidente del Consejo de la Magistratura (el órgano que designa y remueve jueces) gracias a un fallo dictado por él mismo y sin dejar su puesto en la Corte, que tambien ganó autoeligiéndose meses atrás».
Y luego enumeraba: «Aceptó entrar a la Corte por decreto, ganó la presidencia gracias a un inédito auto voto que, con solo 5 jueces, fue decisivo.
Dictó un fallo que lo nombra a él mismo como presidente del Consejo de la Magistratura. Interesante para cuando volvamos a discutir sobre castas».
Pero el ataque a Rosatti no fue la única maniobra contra la Corte y el Consejo en las horas previas a la asunción de Rosatti.
En pleno Domingo de Pascuas y cuando los tribunales estaban cerrados, el juez federal de Paraná, Daniel Alonso, rechazó este domingo la apelación que realizó el fiscal contra su decisión de prohibir al Congreso que envíe a sus dos representantes al Consejo de la Magistratura, una maniobra que va de la mano de las intenciones del kirchnerismo y el Gobierno.
La movida para evitar que se conforme el nuevo Consejo para cumplir con el fallo de la Corte Suprema había sido impulsada por el diputado de Entre Ríos del Frente de Todos, Marcelo Casaretto, quien se opone a la llegada de Rosatti como presidente de la Magistratura y sostiene que debe ser el Congreso quien dicte una nueva ley.
Ese proyecto -que fue impulsado por el oficialismo- hoy tiene media sanción del Senado, pero en Diputados tiene pocas chances de avanzar.
La jugada de Alonso -de último momento y casi desesperada- es también un fiel reflejo de los temores de la vicepresidenta Cristina Kirchner, del kirchnerismo y el Gobierno con la nueva etapa judicial que ahora arranca.
Este lunes, Rosatti tiene previsto asumir la presidencia del Consejo y empezar a tomar juramento a los nuevos integrantes. Según el fallo de diciembre, la Magistratura pasará de 13 a 20 integrantes. Los únicos que faltan ser nombrados son los representantes del Senado y de Diputados, ambos de la oposición de Juntos por el Cambio.
Cristina y Sergio Massa hasta ahora se resisten a nombrarlos para no convalidar la presencia de Rosatti.
Es un artilugio que elaboró la vicepresidenta para impedir el funcionamiento del Consejo, aunque en la Justicia creen que no servirá y que igual se les podrá tomar juramento a los otros consejeros que se sumarán.
Cristina se guarda otra carta bajo la manga. Si el nuevo Consejo decide elegir jueces y esas ternas llegan al Senado, podría bloquearlas desde la comisión de Acuerdos que controla la kirchnerista Anabel Fernández Sagasti.
La vicepresidenta hace tiempo que ubicó a Rosatti como uno de sus principales enemigos, por eso insistió tanto en tratar de frenar y demorar su llegada a la Magistratura, el organismo que se encarga de elegir, sancionar y remover con un juicio político a los jueces que cometen faltas graves.