Esta situación ocurrió el lunes en la ciudad de Maipú. El conductor del transporte público recibió tres impactos y sufrió heridas leves. El agresor fue detenido.
Este lunes en Mendoza, un hombre le efectuó tres disparos con un arma de aire comprimido a un chofer de colectivo, luego de que el conductor le pidiera que cubriera su boca con un barbijo para subir al transporte público.
El hecho ocurrió en el cruce de las calles Espejo y Guiraldes, en una zona conocida como La Superiora en la ciudad de Maipú.
El interno 39 de la línea de colectivos 940, correspondiente al Grupo 800, se detuvo en la parada para recoger a pasajeros de la calle. En un momento, un hombre, vestido con buzo negro y pantalones azul intentó subir al vehículo, pero no contaba con el tapabocas puesto.
En cuestión de segundos, el chofer del colectivo, llamado Ricardo Güiraldes, le pidió al pasajero que se ponga un barbijo o algún tipo de protección en la boca, lo cual condujo a una fuerte discusión entre ambos.
Según comentaron otros pasajeros a las autoridades policiales, después de un intercambio de insultos, el chofer decidió detener el colectivo y le pidió al pasajero que se bajara, que de otra forma no retomaría el recorrido.
Fue entonces cuando el pasajero metió su mano en un morral y tomó un arma. A simple vista parecía un arma de fuego real, sin embargo se trataba de una pistola de aire comprimido. Casi sin mediar palabra, el pasajero apuntó hacia el chofer y efectuó tres disparos.
El conductor recibió los impactos de los balines en el cuerpo y sufrió heridas leves en el tórax y en el abdomen, según consignaron medios como Diario Uno y Los Andes.
Inmediatamente después del ataque, el pasajero huyó del colectivo e intentó escapar a través de una finca. A su vez, los pasajeros y el chofer llamaron al servicio de emergencia y en cuestión de minutos llegaron al lugar dos policías para intentar localizar al agresor.
Después de unos minutos de búsqueda, la policía mendocina logró encontrar al pasajero en la misma finca, cuando intentaba mantenerse escondido en un árbol. Le secuestraron el arma, una pistola aire comprimido a gas calibre 5,5 mm que estaba escondida en su morral.
Especialistas médicos del Servicio de Emergencias de Maipú atendieron luego a Güiraldes y constataron las heridas leves en el abdomen y en el tórax. No fue necesario que el chofer acudiera a un centro de salud. En tanto, el agresor permaneció detenido en una comisaría local a la espera de que la Fiscalía Nº 16 de Maipú establezca la imputación.