Finalmente cumplió con parte de su discurso como lo hizo cuando adelantó el inicio del calendario escolar a febrero en la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta vuelve a marcarle la cancha al gobierno nacional.
Esta vez, el jefe de gobierno porteño anunció que a partir de este segundo cuatrimestre se endurecen los requisitos para otorgar el certificado de regularidad de los alumnos y advirtió que aquellos beneficiarios del programa social “Ciudadanía Porteña” que no aseguren la escolaridad efectiva de sus hijos podrían dejar de percibir el ingreso.
En la actualidad son 41.699 los hogares porteños que reciben el programa “Ciudadanía Porteña”, mientras que otras 70.000 familias perciben la Asignación Universal por Hijo (AUH) que distribuye la Anses. Ambos programas –que son incompatibles entre sí– exigen como requisito el certificado de regularidad de los menores escolarizados, por lo que las mayores exigencias que ahora dispone el gobierno porteño también generarán impacto a nivel nacional.
La medida, que entró en vigor desde el 1° de agosto pasado, establece que sólo se otorgarán las constancias de “alumno regular” a aquellos estudiantes que, en cada bimestre, asistan un mínimo del 85% de los días efectivos de clase durante el ciclo lectivo. Asimismo, los chicos no podrán tener más de 25 inasistencias injustificadas al año. De esta manera, el control de regularidad escolar de los alumnos porteños pasará de ser anual a ser bimestral, con el propósito de hacer un seguimiento más estricto de la asistencia de los chicos a la escuela.
“Hay un problema de ‘presentismo intermitente’ en las escuelas. Es decir, los chicos no dejan de concurrir a clase pero no cumplen con la regularidad prevista en el sistema educativo, por eso vamos a ser más exigentes a la hora de otorgar el certificado correspondiente –advirtió el jefe de Gabinete del gobierno porteño, Felipe Miguel–. Si estas condiciones no se cumplen y los alumnos pierden la regularidad, la medida extrema será la quita de los beneficios asociados al programa ‘Ciudadanía Porteña’, que exige como contrapartida asegurar la escolaridad de los chicos. No se trata de castigar ni excluir, sino de apelar a la responsabilidad de los padres y de garantizar que los chicos concurran todos los días a clase.”
La ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, advirtió que un 30% de los alumnos que cursan en los niveles inicial (salas de cuatro y cinco años) y primario de las escuelas de la ciudad concurren solo cuatro de los cinco días de la semana a la escuela. En tanto, el 16% ha faltado más de siete días por mes.
“Los chicos no dejan de ir a la escuela, pero no cumplen con su proceso de aprendizaje por sus repetidas inasistencias –sostuvo–. Queremos que los chicos aprendan los contenidos que les corresponde, no pretendemos facilitar la promoción como en otras provincias. Por eso hemos instrumentado la jornada extendida, las escuelas de verano y de invierno, dando oportunidades para que recuperen los aprendizajes que no tuvieron. Si el Estado genera estas oportunidades pero los padres no colaboran, el derecho a la educación no se cumple.”
A manera de incentivo para que los padres de los chicos afectados corrijan esta situación, el gobierno porteño decidió condicionar la entrega del beneficio adicional que perciben por el programa “Ciudadanía Porteña”. Este plan, que hoy alcanza a 41.669 hogares, consiste en una transferencia directa de ingresos a aquellas familias en situación de pobreza e indigencia que residen en la ciudad. Cada hogar recibe, en promedio, $15.722 mensuales y aquellos beneficiarios con menores de 18 años a cargo reciben un monto adicional de $5256,30 si se trata de un hogar pobre y de $7884,50 por hogar indigente.
En la actualidad, este programa beneficia a 23.686 menores de edad, precisó la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat, María Migliore. El área a su cargo es la que realizará el cruce de datos con las nuevas bases de presentismo del Ministerio de Educación para verificar la asistencia efectiva de los chicos en la escuela. En los casos donde se presente una irregularidad, equipos de asistentes sociales del Ministerio de Desarrollo se comunicarán con la familia para interiorizarse sobre los motivos de las inasistencias del menor a la escuela e intentar que retome sus estudios.
En los casos en los que el alumno pierda su condición de estudiante regular durante el bimestre –esto es, que no asistió al mínimo de 85% de días efectivos de clases–, podrá recuperarla durante el bimestre siguiente. En el caso de que a los tres meses, con un nuevo cruce de nóminas, la situación no se haya regularizado, se dará de baja el componente adicional del programa “Ciudadanía Porteña”. Si el problema persiste en el siguiente trimestre, el beneficiario perderá la totalidad del beneficio.
“Lo más importante es que los chicos estén en la escuela; lo que permitirá el cruce de datos entre ambos ministerios es que, ante cualquier irregularidad, se dispare el sistema de alarma y así podamos intervenir”, insistió Migliore.
El estudiante que pierda la condición de regular a lo largo del bimestre deberá continuar asistiendo a clases, es decir, deja de existir la condición de estudiante libre por inasistencia y el alumno conserva siempre la matriculación, explicaron las funcionarias.