Según los números, hay 174 subsecretarios, secretarios y ministros, según las cifras del Mapa del Estado de jefatura de Gabinete, que tienen sus sueldos congelados desde diciembre de 2023 y que incluso ganan menos, por las percepciones que antes no pagaban.
En el ministerio de Federico Sturzenegger confirman que no hay planes para cambiar la escala salarial de los altos funcionarios del Ejecutivo.
El problema viene de arrastre. Más precisamente desde marzo, cuando el Presidente dio marcha atrás con el aumento del 48 por ciento para él y sus ministros. Aunque lo había autorizado él mismo con su firma, responsabilizó por eso al jefe de Gabinete Nicolás Posse y aprovechó para echar al secretario de Trabajo Omar Yasin, aunque nada tenía que ver con ese tema.
Armando Guibert, que en rigor sí tejía en la política salarial de los estatales, se fue solo, de jefatura de Gabinete y más tarde del directorio del Banco Nación, pero volvió como director de una empresa pública que ahora el Gobierno quiere privatizar; otra historia.
El decreto 235/2024 ató la escala salarial a los montos que los funcionarios percibían el 31 de diciembre de 2023 y, más importantes, desenganchó el aumento del personal superior de la administración de la del resto de estatales, que este año tuvieron un aumento acumulado del 73% (39 puntos abajo de la inflación en el año paritario).
Ese detalle y el impuesto a las Ganancias, que volvió a correr a partir de julio, dañaron el poder adquisitivo de la planta política del Estado; en particular de subsecretarios, secretarios, ministros, además de congelar los haberes de la vicepresidenta y el jefe de Estado.
El escalafón más bajo de los cargos políticos, los coordinadores, cobran hoy -en mano- $1,9 millones. Los directores nacionales, en algunos casos, pueden ganar más que sus superiores si tienen antigüedad en el Estado y estudios de posgrado. Esa anomalía se da porque Milei derogó un decreto de 2010 que establecía que los subsecretarios percibir un 5 por ciento más que los directores.
Hoy, por ese cambio, ganan $2,4 millones de bolsillo, más que algunos subsecretarios que el mes pasado cobraron $2,1 millones netos, aunque varios de ellos sumaron bajo todo concepto $2,65 millones. Los secretarios de Estado no llegan a los $3 millones. Los ministros alcanza los $3,5 millones brutos, pero con los descuentos pueden caer por debajo de los $3 millones y el Presidente percibe $4 millones brutos mientras que la vice arrima $3,7 millones sin los descuentos.
Aunque cerró ministerios y secretarías (200 dependencias en total, según el ministerio de Federico Sturzenegger), en algunas áreas crecieron los cargos de directores y coordinadores que, como se dijo, se pagan mejor que el de un subsecretario. Presidencia, por ejemplo, tiene 222 cargos de ellos, 10 más que en la gestión anterior, 90 trabajan en la Secretaría General de Karina Milei y 54 en la de Comunicación y Medios de Manuel Adorni.
Para un funcionario con experiencia en anteriores gestiones, la intransigencia de Milei tiene costos en la gestión que ya se sienten. Describe que varios funcionarios ya se fueron, que otros deben sumar trabajos complementarios para completar sus ingresos y le quitan tiempo a la gestión y que el malestar creciente afecta la eficiencia, como en cualquier trabajo. Por último -sin dar ejemplo- cita los recursos non sanctos de la administración pública para completar sueldos con contratos extra y complementos inventados. Sandra Pettovello terminó haciendo una purga de los funcionarios de su ministerio que cobraban contratos de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), que en muchos casos funcionaban como sobresueldos.