Por Notibaires 
Líderes del justicialismo buscan cohesión interna de cara a las elecciones: en esa línea se efectuó un encuentro estratégico entre Cristina y Kicillof.
En un momento clave del calendario político argentino, Cristina Kirchner y Axel Kicillof protagonizaron una reunión de alto voltaje simbólico. El objetivo explícito: reforzar la unidad interna del Partido Justicialista frente a la contienda electoral que se avecina. No se trata solo de estrategia electoral, sino de consolidar liderazgos y definir rumbo político en un Frente que arrastra tensiones internas.
El encuentro se da en un contexto cargado: el PJ atraviesa divisiones regionales, críticas por fugas de votos y cuestionamientos hacia la dirección nacional. Cristina, aún desde su prisión domiciliaria, mantiene peso simbólico; Kicillof, como gobernante bonaerense, busca capitalizar ese legado para fortalecer su plataforma. El equilibrio interno será clave para evitar fracturas públicas.
Durante la reunión, según fuentes cercanas al entorno, se discutieron nombres para candidaturas, ejes de campaña y mensajes unificados que eviten contradicciones. También afinaron un diagnóstico común sobre la crisis económica, los reclamos sociales y las políticas de gobierno en disputa. Para el kirchnerismo clásico, esta labor de unidad es imprescindible para no diluir su influencia ante nuevas fuerzas políticas.
No es casual que la movida se dé en este momento: resta poco para que arranquen los cierres de listas y los posicionamientos se agudicen. En ese marco, el liderazgo de Cristina sigue siendo un factor gravitante. Kicillof, por su parte, proyecta como una figura joven dentro del bloque con aspiraciones de influencia nacional.
La incógnita será si esta cohesión dura más allá del acto simbólico. En la arena política, las alianzas dependen de gestos sostenidos, acuerdos concretos y capacidad de construir un frente competitivo. Por ahora, Cristina y Kicillof apuestan a una conjunción que golpee puertas: el debate interno del PJ baraja futuro con urgencia.