El anuncio del presidente Donald Trump de restablecer los aranceles a las exportaciones de aluminio y acero desde la Argentina tomó por sorpresa a los funcionarios del Gobierno, ya que no habían tenido señales previas. Apenas conocida la decisión del Gobierno de los Estados Unidos, el ministro de Producción Dante Sica y el canciller Jorge Faurie se pusieron en contacto para diseñar una estrategia que permita revertir la medida.
Luego de comunicarse con la Embajada de los Estados Unidos, donde no tenían precisiones sobre la implementación de los aranceles, Dante Sica comenzó a gestionar una comunicación con el secretario de Comercio estadounidense Wilbur Ross. Mientras que Faurie buscó ponerse en contacto con el vicesecretario del Departamento de Estado de los Estados Unidos, John Sullivan.
A una semana del cambio de Gobierno, ambos buscarán por distintas vías obtener detalles sobre la decisión del presidente, a la que calificaron de “inesperada y sorpresiva”.
Desde la Embajada argentina en los Estados Unidos también comenzaron a activar contactos con funcionarios estadounidenses para conocer cuál es la magnitud de los aranceles y cómo cambiarán los acuerdos previos —los aranceles se habían eliminado en marzo de 2018—.
También se reunieron con representantes de las cámaras locales que agrupan a las empresas productoras de aluminio y acero, que les confirmaron que el tema los tomó por “sorpresa” y que recién comenzaron a evaluar cuál será el posible impacto en sus negocios. Se estima que actualmente se trata de un negocio de USD 700 millones.
La noticia llegó esta mañana por tuit, y desde la cuenta del presidente de Estados Unidos. Las exportaciones de acero y aluminio desde Brasil y la Argentina hacia ese país volverán a ser gravadas con tarifas. Así lo anunció Donald Trump este lunes, en dos mensajes escritos en la red social.
Allí detalló que tanto Brasil y Argentina devaluaron “masivamente” sus monedas, por lo que tomó la medida con “inmediata” entrada en vigor. Además, Trump instó a la Reserva Federal a actuar para que las economías de otros países “ya no se aprovechen del dólar fuerte”, ya que “esto hace que sea muy difícil para nuestros fabricantes y agricultores exportar sus productos de manera justa”.
En marzo de 2018, el gobierno de EEUU había sacudido el tablero comercial cuando anunció los aranceles de 25% al acero y 10% al aluminio, en lo que era el inicio de un enfrentamiento arancelario con China. Sin embargo, la Casa Blanca comunicó dos semanas después una exención para Argentina, Australia, Brasil, Corea del Sur y la Unión Europea.
