Alberto Fernández recibirá este jueves, a las 18 horas, a Sergio Nardelli, el CEO -o ex CEO- de la empresa Vicentin. El encuentro se acordó este miércoles y formó parte de una negociación frenética entre Olivos y el empresario, luego de que el Gobierno dispusiera la intervención e impulsara la expropiación de la compañía, una de las más importantes del negocio del agro.
Nardelli, que horas atrás tuvo una charla teléfono con Fernández, solicitó un encuentro mano a mano y el Presidente, por intermedio del gobernador de Santa Fe, el peronista Omar Perotti, puso una condición: que la empresa acepte el DNU de intervención que firmó el lunes.
Así fue: en paralelo al movimiento del Banco Nación, acreedor que tiene un 20% de la deuda de Vicentin, la firma se presentó en el concurso y solicitó validar como interventor a Gabriel Delgado -nombrado por Casa Rosada-, la empresa que primero se había negado a recibir a los delegados del Gobierno, pero luego los aceptó.
Por la tarde, en medio de idas y vueltas, mediante un comunicado escueto, la compañía informó que para «preservar la paz social» y «evitar perjuicios en el patrimonio», se puso en contacto con los interventores.
Fue un giro: el martes, el subinterventor designado Luciano Zarich no había podido ingresar a la sede central de la firma ubicada en la localidad de Avellaneda, en el norte santafesino.
Fernández, según reconstruyó Clarín, tuvo varias charlas con Nardelli y con «emisarios» de Vicentin, además de numerosas conversaciones con Perotti, el gobernador de Santa Fe, que este miércoles -para diferenciarse- circuló su planteo de «una intervención sin expropiación».
El Presidente aceptó el encuentro con Nardelli pero, según trasmitió a tu entorno, no espera propuestas muy diferentes a las que el empresario le hizo llegar los últimos meses.
«Desde que asumió Alberto, Nardelli envía emisarios para que el Estado rescate a Vicentin. Acercó varias propuestas, todas referidas a intervención del Estado pero evitando la expropiación», confiaron a Clarín fuentes de primer nivel del Gobierno. Fernández, asegura su entorno, escuchó y anotó cada propuesta. Hubo, en especial, dos sobre las que la empresa -según fuentes oficiales- martilló de manera recurrente.
Una, consistente en que el Estado compre parte del paquete accionario de Vicentin. Fernández analizó con abogados y funcionarios esa alternativa y concluyó que no era viable que el Estado adquiera acciones de una empresa en quiebra.
«La única manera viable y transparente de tomar el control de la empresa es la expropiación», se aseguró cerca del Presidente.
Otra propuesta que llegó al Gobierno de parte de la firma fue que YPF alquile la operación del puerto de Rosario, que está concesionado a una UTE de la que participa Vicentin para inyectar recursos a la cerealera.
«Yo no me desperté y dije ‘hoy voy a expropiar Vicentin’. Hace meses que buscamos alternativas pero la empresa está en caída libre y solo encontraron una forma; intervenir y avanzar con la expropiación», le trasmitió Fernández a un grupo de colaboradores la noche del miércoles en Olivos.
Desde el entorno íntimo del Presidente advierten que se buscaron alternativas pero se juzgó que la única viable es la expropiación, la cual está establecida específicamente por ley.
«No es un problema político, es un problema económico de la empresa: se viene abajo, los acreedores internacionales quieren hablar con el Estado, peligran las fuentes de trabajo y 2.600 productores a los que Vicentin dejó de pagarles», argumentan en Olivos y agregan un renglón: se trata de un sector estratégico que «no puede quedar en manos de capitales externos».
Perotti también planten que la empresa no quede en manos de capitales internacionales pero sugiere otra salida. El gobernador ofició de enlace para la charla entre Fernández y Nardelli, no participó del anuncio de expropiación del último lunes, pero luego defendió a Delgado, la intervención y elogió el protagonismo de YPF Agro. Con un detalle: nunca mencionó la palabra expropiación.
A su lado, hablan de buscar un mecanismo que permita el rescate de la empresa sin recurrir a una expropiación. Perotti alimentó este miércoles ese escenario. Pero tarde, desde Olivos, insistieron en que no hay a la vista otra hipótesis que la expropiación.
En el Gobierno entienden que la resistencia de Nardelli a la expropiación es que pierde el control de la firma y que no quiere eso por temor a que salgan a la luz «desmanejos con créditos otorgados» oficiales otorgados durante la gestión de Mauricio Macri. Ya hay una causa judicial en este sentido y el ultra K Oscar Parrilli propuso crear una comisión bicameral para investigar estas presuntas irregularidades.
